Surgieron en la región de Carelia, de la que viene su nombre, entre los siglos XVIII y XIX. Esta zona es compartida en la actualidad por Finlandia y Rusia y en el lado finlandés se divide en Carelia del Norte y del Sur.
En la actualidad los pasteles carelianos están extendidos a toda Finlandia y es casi imposible encontrar una tienda que no los venda.
Por supuesto suelen estar más ricos si los compras en una panadería hechos artesanalmente, pero en cualquier supermercado puedes encontrar bolsas con karelian pies de diferentes marcas o por unidad listos para zampar.
Además suelen ser el snack salado más barato, desde 0,25€ la unidad, lo cual en un país caro como Finlandia es un buen recurso a tener en cuenta.

Existen versiones con otro tipo de rellenos, siendo los más habituales patata y zanahoria, o con corteza de otros cereales como cebada o trigo.
Pero sólo los productos que siguen la receta tradicional pueden llamarse pastel careliano (karjalanpiirakka) y están protegidos por la Unión Europea desde 2002 con el sello de Especialidad Tradicional Garantizada.
Todos los demás deben utilizar otros nombres como riisipiirakka (pastel de arroz), perunapiirakka (pastel de patata) etc.
Es más común, de hecho, encontrar el nombre riisipiirakka en las tiendas ya que cambian la receta original utilizando por ejemplo leche sin lactosa.

Puedes comerlos fríos en cualquier momento para quitarte el gusanillo pero lo ideal es calentarlos en el horno para que la corteza esté crujiente. Después se untan con un poco de mantequilla o una mezcla de mantequilla con huevo cocido (munavoi). ¡Deliciosos!

Para terminar os dejo con una abuelita finlandesa preparando los pastelitos a mano. Sólo está en finlandés, pero así es más auténtico ¿no?.
I simply love them!! Even if they are so different from Italian food…
Have a nice day!
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Yes, they’re somehow addictive 😀
Thanks for your comment!
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