Excursión a la reserva natural de Levaneva

Un poco de historia

En el siglo XVI se llevó a cabo la «Gran División» (Isojako) bajo el imperio sueco que repartía las tierras en áreas de cultivo para los campesinos. En aquel momento se descartó la ciénaga de Levaneva debido a que presentaba pocas ventajas por estar continuamente inundada, tener falta de nutrientes en el agua y un PH ácido.

Gracias a esta clasificación el cenagal se conserva casi intacto a día de hoy. Fue establecido reserva natural en 1993 y forma parte de la red Natura 2000.

La ruta

La ruta que seguimos consta de 13 km aunque para grandes aventureros existe otra llamada Kurjen hierros (ruta de la cigüeña) de 50 km recorriendo varios municipios.

Al principio del camino encontramos un área de descanso con una torre desde la que se puede ver parte de la reserva y el pantano.

En los meses de mayo y junio la ciénaga se llena de actividad de las aves migratorias que anidan aquí. Otras llegan mucho antes, cuando todavía hay nieve, como la cigüeña, y otras viven en la zona todo el año.

Durante la ruta observamos varios tipos de pájaros, así como pudimos escuchar el cacareo de un urogallo que pasaba cerca, oculto entre los arbustos.

Desde el bosque la ruta parte a través de la ciénaga gracias a unos tablones dispuestos por encima del musgo que crece en ella.

Tal vez en las fotografías de la impresión de estar seco por los colores marrones y pajizos pero un paso fuera de los tablones y sacarás el pie mojado 😉

Pasados unos kilómetros entendemos por qué esos habitantes de siglos pasados descartaron la zona por estar demasiado inundada. Los tablones estaban hundidos y se hacía imposible continuar sin empaparse.

Pero esto no nos desanima, damos la vuelta y continuamos por una zona más boscosa, no sin antes comer nuestro bocadillo en la cabaña del área recreativa.

Esperamos volver en unos meses, cuando sea temporada de bayas y se puedan recoger delicias como la mora de los pantanos.